sábado, mayo 19, 2007

Tiempos coartados

Puedo poseer, pero la carencia sigue presente. Es tan efímero el sentimiento y a la vez tan intenso, que perdura, que hace eco. Lo trato de retener, de que se impregne, lo restriego para que al menos una minúscula partícula, si es que tiene algo físico, se quede en mí.
Sólo quiero que se quede, que llene poco a poco cada parte de mí, que no me olvide, pues la memoria hace malas jugadas que convierten los veranos en inviernos.
La permanencia lo hace existente, perdurable. ¿Me recordará?

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