sábado, octubre 20, 2007

Lluvia de ideas

María se moja bajo la lluvia. Gotas de agua fría caen en su cabello y se escurren por sus ojos. Los charcos son difíciles de esquivar, en ocasiones los pisa y ello hace que su ropa y calzado queden mojados, sobre todo cuando un alma caritativa considera que no es suficiente el agua que ha caído sobre ella y con las llantas de su coche crea una ola que es suficiente para dejarla sin un resquicio seco.
María llega a su casa. Se despoja de su vestimenta completamente mojada. Observa la ventana; la selva de asfalto recibe su dosis de vida. María se sienta en un sillón, cierra los ojos y escucha el golpeteo del agua en el techo. Recuerda cómo eran las tardes de su niñez cuando llovía y se imaginaba cientos de historias fantásticas sobre el origen de la lluvia. Una leve brisa acaricia su cara, ella respira profundo y olvida sus penas.
Por un momento, en la habitación sólo se encuentran ella y sus recuerdos, su respiración es quien decide el compaz de las historias.
María duerme plácidamente.

3 comentarios:

Sandrink dijo...

Las depresiones son el pan nuestro de cada día. Me gusta el texto en general, aunqe siento que hay frases medio forzadas. A pesar d esho hasta acá me llegó el maldito sentimiento de tristeza y soledad.
Bien lo dijo Cortázar: "de los buenos sentimientos nace la mala literatura". Sigamos explotando eso que tanto duele pero q tanto nos sirve para escribir.
Besote

Anónimo dijo...

Ya escribes mejor.. sin duda, como dice bubble pop... Y dile a María que no sea burra que para eso existen los paraguas y las gabardinas.. (que allá en Buenos Aires deben estar divis,divis) y si le dio catarro pues merecido se lo tiene... Seguro al rato que despertó ya tenía calentura.. en fin.. un supositorio de febrax lo soluciona todo.. Besoooos nos vemos en diciembreeeeee

Anónimo dijo...

Por cierto en estos dias te escribo.. he estado muy ocupado con los exámenes de mis alumnos... byeeeeeeeeeeeee