Solamente es decir: sí. Dos letras que cambiarían todo el curso de las cosas. Una decisión que quizá signifique el mejor cambio o una cruel arma para aniquilar la ilusión de una persona. Optó por ella y por lo que ella implica y con ello, llegaron de invitados el miedo, la tristeza y el franco deseo de no dejar a quien ella más quería. Pero ello implicaba dejar los sueños, dejar de intentarlo, no actuar y solo observar.
Si nos hubieran dicho que la adultez era un cúmulo de decisiones que programarían otros resultados, además de los deseados y en muchas ocasiones adversos, quizá hubiéramos preferido tomar el caliz de Peter Pan, pronunciar un eterno no y seguir soñando.
domingo, junio 03, 2012
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1 comentario:
Muy bien Nancy, menos mal que volviste con tus escrituras... Besos...
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