viernes, junio 15, 2007

Prefiero soñar

Me dueles. A la distancia tu aliento se convierte en azufre y tu voz en quejidos. Centelleas, pero el profundo túnel en el que te ves inmerso sólo ocasiona dispersión y desesperanza.
Soñar es vida, pero al despertar me hundo en un mortífero letargo que me recuerda tu lejanía, tu respirar y tu brazo bajo la almohada.
Morfeo me lleva hacia la puerta y me muestra un sobre. Mi sentencia es despertar y respirar el azufre que hay en el ambiente durante... tú sabes cuánto.
No hay brasas, ni trinchetes, sólo lejanía y olvido. Prefiero soñar.

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